A la Presencia y Vigencia de José Martí

Por: Félix E. Villarreal V

Universidad de Panamá

28 de enero de 2013

Me parece que me matan un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho de pensar” José Martí

Sin lugar a dudas la figura de José Julián Martí Pérez, nuestro José Martí, es una figura conocida en todo el planeta. Hombre universal a quien se le han asignado múltiples nombres referenciales, que han servido al pasar de los tiempos, para exaltar su pensamiento, su historia, su obra, sus atributos morales, éticos, periodísticos, políticos e intelectuales.

Entre esta universalidad de nombres vienen a mí: El Apóstol, Nuestro Martí, Patriota, Mentor, Hombre, Filósofo, Mártir, Profesor, Padre de la Patria, Humanista, Romántico, Ideólogo, Maestro, Poeta, Literario, Soñador, Pintor, Dibujante, y hasta Escultor, Periodista, Revolucionario, Nacionalista y Visionario; entre muchos otros que a la mente humana se le pueda ocurrir, a la hora de hacer referencia e inspirarse en este inmortal y humilde hombre, que dedicó toda su vida a la causa noble, libertaria y revolucionaria no solo de Cuba, sino para toda latinoamericana.

En su momento dijo: “Los hombres políticos de estos tiempos han de tener dos épocas: la una, de derrumbe valeroso de lo innecesario; la otra, de elaboración paciente de la sociedad futura con los residuos del derrumbe”

A nuestro entender, hombres y mujeres (adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos), deben imitar en las proporciones y dimensiones correctas de su pensamiento; el ejemplo de José Martí y respaldarlo solidariamente en el accionar del indígena, del obrero, el campesino, el intelectual orgánico, en el estudiante, y en todos aquellos que están dispuestos a luchar junto a su gente por sus derechos, conquistas y reivindicaciones, por los valores, la justicia, la solidaridad con nuestra humanidad, mejor calidad de vida, educación y salud en la dirección de devolverles una nueva esperanza, para los que menos tienen, desde una posición política, ética, cultural, académica y revolucionaria.

Así como Fidel Castro emuló el ejemplo de José Martí, definiéndolo a su paso como el mentor visionario y responsable intelectual de lo que fue el Asalto del Moncada y el triunfo de la Revolución Cubana; así mismo y adecuándolo a nuestra realidad, nosotros debemos hacerlo sin vacilaciones, con el propósito en primer lugar de Reafirmar Nuestra Identidad Nacional y propiciar de esta manera nuestras acciones convincentes, porque a conciencia creemos en la justicia social y en la liberación nacional de nuestros pueblos.

Los padres de la patria (Simón Bolívar, José Martí y Justo Arosemena) en su momento lo plantearon y lo aplicaron: “Solo la Integración salvará a nuestra América”

En ese sentido, aprovechando la ocasión cultural, política y académica, en este auditorio de nuestra Universidad de Panamá, a la celebración de este 160 Aniversario del Natalicio de José Julián Martí Pérez, nuestro maestro José Martí, es propicia para traer a ustedes un pequeño extracto (de la visita del apóstol a sus 27 años), de un artículo publicado en uno de los diarios panameños existentes de la época, que registró lo siguiente:

“Martí visita Panamá el 7 de junio de 1883, según El Cronista, siendo corresponsal de varios diarios suramericanos, donde escribe en defensa de las legítimas causas, incluso en defensa de Pedro Prestán, en 1885, entre otras publicadas en La Estrella de Panamá, manifestando su admiración por Justo Arosemena, (como hombre muy centrado en sus planteamientos y cualidades como estadista, escritor, poeta, jurista, político, profesor, orador, economista, codificador, reformista, historiador y diplomático colombiano); que dedicó su vida a luchar por la Autonomía de Panamá, por lo que es considerado «El más ilustre de los panameños y padre de la nacionalidad panameña»; a quien José Martí consideraba un liberal demócrata de principios e ideas progresistas y patriotas”.

Años después, a su segunda visita (ya con 37 años), el mismo diario, con fecha del 27 de junio de 1893, anunció:

“En la mañana de hoy llegó a esta ciudad el señor José Martí, delegado de los patriotas cubanos en Nueva York. El señor Martí, que cuenta con una inmensa popularidad entre los suyos como hombre público, y que es uno de los más briosos luchadores de la noble causa cubana, es además un orador brillantísimo y uno de los primeros escritores de la América Latina. Su prosa fluida, ardiente, llena de colorido y de pensamiento elevados, hace recordar a Víctor Hugo en la fuerza y profundidad de las ideas, y a Castelar en los artístico y hermoso de la frase, en lo poético y rítmico de los periodos.

El Cronista se place en saludar al eminente patriota y eximio escritor cubano al pisar el suelo istmeño donde se le admira y aprecia en todo su alto valor.’

“Martí sostiene correspondencia con Máximo Gómez y Antonio Maceo, quienes parten de Panamá luego de la quiebra de las obras del Canal francés, de cara a reorganizar una fuerza expedicionaria del Ejército Libertador Cubano, proponiéndoles un Plan General de desembarco armado para iniciar la guerra por la libertad de la isla, siendo él uno de sus comandantes supremos”.

Nuestra América seria testigo de la reorganización para reemprender la batalla; el Apóstol de américa José Julián Martí Pérez, acompañado de Maceo, Máximo Gómez, y otros reiniciarían la lucha libertaria contra el colonialismo español en la isla.

Colón y Panamá, serían testigos de la cooperación de Eloy Alfaro, ecuatoriano, y el general Lorenzo Mercado, puertorriqueño, a los esfuerzos de Gómez, Maceo y Martí, en esta reorganización contra el colonialismo (imperialista, capitalistas y neoliberales) de esa época.

Justo Arosemena, en su momento dijo: "Mejoremos al hombre, así como mejoramos las cosas que le sirven; procuremos ser buenos, así como queremos ser civilizados; es la tarea más honrosa porque es la más útil".

Esta frase inolvidable y lapidaria para la eternidad, es más que suficiente para comprender que: como jóvenes, como profesionales, y como universitarios panameños; entendiendo las condiciones actuales en que vive nuestra sociedad y la de nuestros pueblos hermanos; la figura y el pensamiento Martiano es la referencia inmediata, es el mejor pretexto para analizar, discutir y accionar en el ¿Qué hacer? por mejores días para nuestros pueblos. Porque tenemos que tener muy, pero muy presente esas líneas muy claras de su pensamiento, cuando en su momento dijo:

“El primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de sus tiempos” y

“La mejor manera de decir es hacer”

Universidad de Panamá, lunes 28 de enero de 2013