Frenadeso Panamá
Fecha Domingo, 08 agosto a las 12:49:05
Tema Frenadeso Nacionales


Xavier Sáez Llorens, Ultraderechista con fachada de Centrista
Solidaridad con Bocas del Toro, Parque Catedral domingo 8 de agosto 10:00 a.m. Lunes 9 de agosto, 9:00 a.m. Parque Catedral.







avier Sáez Llorens: Ultraderechista con fachada de Centrista

William Hughes (*)

El médico Xavier Sáez-Llorens (XS-L) se jacta de ser muchas cosas: buen escritor, filósofo, médico y científico.  Con esta denominación escribe, y cree poder hacerlo sobre cualquier cosa, con la legitimidad que le otorga todo lo que dice ser.  Igualmente se considera con el derecho de descalificar a todos aquellos que no comparten su punto de vista, dado que la única verdad es la suya.  Ahora ha añadido otra denominación: se declara “centrista”.  

El fondo de la posición del médico XS-L se sostiene en su óptica ideológica-política que en nada se relaciona con su declaración de “centrista”.  Tener una posición ideológica y política no es ningún pecado.  Tampoco es contrario a la ciencia, pese a lo que afirma el enfoque positivista.  Criticamos su inconsecuencia con la ciencia.  Las posiciones ideológicas-políticas deben ser sustentadas científicamente para no quedarnos en el discurso panfletario que tanto criticamos.

XS-L escribió recientemente un artículo que muestra la esencia de su posición.  Lo intituló “Panameños contra Panameños”, refiriéndose a la masacre contra el pueblo bocatoreño, y especialmente contra el pueblo indígena, perpetrada por la policía nacional, amparada, precisamente, en la Ley 30, la Ley Chorizo, que el pueblo luchaba por derogar.  Refiriéndose a los sindicalistas utilizó diferentes calificativos que expresan su posición política e ideológica, de la misma manera que cuando calificamos los hechos de Bocas del Toro de “masacre”, exponemos la nuestra. Esto es inevitable.

Dijo que escucharlos le provocaba “repugnancia”, los llamó hipócritas mentirosos, sectarios, que buscan beneficio personal, faltos de ética, irreflexivos, intransigentes, que actúan por conveniencia personal, usan dobles discursos, son anárquicos, groseros, limitados intelectualmente, escasos de argumentos, instigadores, desadaptados, descarados, fomentadores del caos, que usufructúan la cuota sindical, y son receptivos a prebendas y coimas. Sin ser psicólogo diría que escribió con rabia antisindical.

Los calificativos contra los sindicalistas contrastan con los que utilizó con el Presidente Martinelli, el mismo que designó a su hermano en la Dirección de la Caja del Seguro Social, y por supuesto, en ello no medió su concepción empresarial, anti-sindical, opción política-ideológica y vínculos de amistad, sino, exclusivamente, su capacidad profesional.  En este caso dijo que el presidente era: bondadoso, cándido, trabajador, creativo y bienintencionado. De bienintencionados está lleno el infierno, reza un refrán popular.

El periodista Paco Nadal tampoco se libró de la rabia de XS-L.  Lo llamó melodramático y personalista, aunque dice no estar de acuerdo con lo que el gobierno le hizo porque el método era antidemocrático. La causa de los calificativos de X-SL: su opción política e ideológica, que aunque la denomina “centrista”, es, esencialmente, de extrema derecha. Incluso, puede entenderse que X-SL comparte los “efectos anhelados” que buscaba “ponerle bozal” a la pluma de Paco Nadal, pero sólo está en desacuerdo con el método: “la mordaza”.  Con otro método podría estar, de acuerdo. Sería el cinismo más descarado.  Sería tanto como decir: acallemos a todos aquellos que no comparten nuestras ideas y acciones, pero busquemos un método “democrático”.  Antidemocráticamente implementemos un método democrático. ¡Bárbaro!  Muy científico, ¿no?

El no estar de acuerdo con lo ocurrido al periodista Paco Nadal no le impide seguir utilizando todos los buenos calificativos para con el Presidente Martinelli, porque él “cree” que estas son acciones de otros y no del presidente.  Muy cándida esta posición, y muy conveniente también, para su opción política e ideológica.

Sus denominaciones de médico, científico, y ahora, centrista, desaparecieron en su artículo y sólo quedaron las de filósofo y algo de buen escritor.
 
Su posición termina siendo coincidente con la del gobierno.  Aunque reconoce que el gobierno cometió “torpezas”, colocó la llama –dice- (no el presidente Martinelli), también la empresa y los sindicalistas son responsables, estos últimos, quienes atizaron el fuego y “azuzaron una población pobre, guerrera y desinformada”. X-SL dice, “desde mi perspectiva centrista, el fondo de la Ley 30 no me parece irracional, exceptuando la peligrosa patente de corso otorgada a la policía y la flexibilización del proteccionismo ambiental”.  Es decir, de los elementos en conflicto de la Ley 30, todos los aspectos sindicales los considera “racionales”, con lo cual, asumimos que quiere decir que no son malos ni negativos.  Así que, las consideraciones sindicales de la Ley 30 son las que le dan cuerpo al concepto de “centrista” que utiliza el médico en cuestión.  

Pero, compartir los criterios en materia sindical de la Ley 30 no es una posición centrista sino de ultraderecha, compartida por aquellos empresarios del siglo XIX e inicios del XX que se negaban a la existencia de los sindicatos, a la jornada de 8 horas, al derecho a huelga y a su independencia económica.  Esto sólo demuestra su rabia antisindical.

Los responsables de la masacre

Igualmente, decir que el gobierno no es el único responsable de la masacre de Bocas del Toro, sino que inculpa también a la dirigencia sindical, tampoco es una posición centrista, y es, exactamente, la posición del gobierno, que plantea que los bocatoreños fueron engañados, azuzados, por los sindicalistas.  En decir, para X-SL no había razones para que el pueblo bocatoreño se levantara con la dignidad que lo hizo.  (El fondo de la Ley 30 le parece racional, buena). No conocían siquiera la ley, no sabían por lo que estaban peleando, fueron engañados, nos dice.  La policía, sus jefes, incluyendo al Ministro de Gobierno y Justicia, no son responsables del asesinato de varias personas (el gobierno reconoce 2 y los bocatoreños afirman que son 8 o más) y de la ceguera causada a decenas de panameños.  Fueron los trabajadores, los pobladores, los indígenas, quienes estúpidamente trataban de evitar ser alcanzados por los disparos de escopetas y se agachaban, por lo que los perdigones les impactaban en la parte superior de sus anatomías, como afirmara un vocero de la policía, dando informe sobre la masacre de Bocas del Toro.  Debieron avanzar erguidos, vulnerables a los disparos de la policía y no tratar de evitarlos.  Si lo hubieran hecho estarían vivos e ilesos o no tan lesionados, podría decir X-SL.

En esencia, X-SL desconoce la realidad el pueblo panameño y más la de los bocatoreños y los pueblos indígenas.  La usurpación de las tierras de los indígenas por parte de las empresas hidroeléctricas, mineras, de la Ganadera Bocas, S.A., la expansión del llamado “turismo residencial”, la compra de islas y áreas costeras, con la actitud cómplice de los gobiernos, incluyendo el actual, que pese a resoluciones de la comisión interamericana de derechos humanos planteándole al gobierno del presidente Martinelli que suspendiera el proyecto hidroeléctrico Chan 100 y otros, de la empresa AES-Panamá, el presidente Martinelli lo catalogó de interés estratégico para el país, con lo cual le dio visto bueno a la expulsión de los indígenas de sus tierras y al atropello de la policía que defiende los intereses de las empresas y no del pueblo panameño.  El ministro José Raúl Mulino fue un puntal importante en esta cruzada, apersonándose a solicitar el desalojo. Igual situación ocurre en el área de Palo Seco, con el pueblo Naso-Teribe y el desalojo de la policía en beneficio de la empresa del señor Mario Guardia Durfee y familia, Ganadera Bocas, S.A. Por esta razón, para el pueblo bocatoreño, para los hermanos indígenas, era, y sigue siendo vital, la lucha por la derogatoria de la Ley 30, que además de las cuestiones sindicales, incluye, como un chorizo, otras como el relajamiento  de las normas ambientales (X-SL lo llama “flexibilización”), y la patente de corso, como él mismo le llama, que se le da a la policía para que abuse de su poder, poderío excesivo que ya sin la Ley 30 había utilizado la policía contra el pueblo.  

La represión y expulsiones sufridas por las poblaciones indígenas, la indiferencia de los gobernantes y el beneplácito de las autoridades, incluyendo a la policía, favoreciendo a los agresores, son cuestiones imaginarias de los bocatoreños, que por su ignorancia, fueron engañados por los sindicalistas.  Ignorar esto no es científico, es ocultar la realidad de los hechos y querer justificar lo injustificable, la masacre contra el pueblo bocatoreño, utilizando una posición seudo-centrista, seudo-objetiva y seudo-científica.  La ideología de X-SL es la de los poderosos, lo cual es su opción, como también tenemos la nuestra, que es contraria a la suya, pero, con la diferencia que la respaldamos con la realidad y la suya sólo defiende la continuidad de la utilización del poder contra los humildes, contraviniendo la realidad que viven los pueblos.  X-SL es uno de los tantos ideólogos de los poderosos, algunos de los cuales cobran y otros lo hacen gratuitamente.

Posición antisindical

El médico X-SL no analiza nada de los aspectos sindicales, que le parecen racionales, y que le dan contenido a su autodefinición de “centrista”. No le es conveniente. Al médico de marras le parece racional conculcar el derecho a huelga.  Quizás argumente, como hace el gobierno, que eso no es cierto, porque la huelga es permitida.  Sin embargo, la Ley 30 hace posible que la empresa reemplace a los huelguistas, y violenta el criterio democrático de las mayorías, que tanto dice defender, ya que aunque las mayorías de los trabajadores decidan irse a la huelga, aquellos que no estén de acuerdo podrán seguir trabajando.  Esta interpretación es abiertamente empresarial.  Favorece a los empresarios y perjudica a los trabajadores en huelga, que optan por ella como medida de presión para que la empresa responda sus demandas laborales.  Si la empresa está funcionando sin dificultad, los trabajadores podrán seguir toda la eternidad en huelga sin que la empresa sienta apremio en responder sus demandas.  Aunque taxativamente no se quita el derecho a la huelga, esta pierde su efectividad, por lo que carecería de sentido hacerla. Este es el propósito del gobierno “cándido, bondadoso, trabajador” y demás calificativos, del presidente Ricardo Martinelli.  O el señor X-SL no es tan inteligente como se asume o el piensa que los demás somos estúpidos, ignorantes, que nos pueden engañar y azuzar.  Pese a lo anterior, esta parte de la ley “chorizo” le parece “razonable”.

El otro aspecto que ataca la Ley 30, la Ley Chorizo, señor X-SL es la situación financiera de los sindicatos, haciendo voluntaria la cuota sindical para todos los trabajadores, sean beneficiarios o no de las convenciones colectivas que negocian los sindicatos.  Para información, previo a la Ley 30 existía la libre afiliación.  Los trabajadores no estaban obligados a pertenecer a sindicatos.  Podrían estarlo o no.  Lo que era obligatorio era el pago para todo trabajador que se beneficiaba de las negociaciones laborales que hacía el sindicato.  Podría decidir no afiliarse y no pagar la cuota sindical, pero en este caso, no gozaría de los beneficios contenidos en la convención colectiva negociada por el sindicato.  La Corte Suprema de Justicia ya se pronunció al respecto, en demanda previa, señalando que era de justicia que el que se beneficiaba pagara.

La Ley “Chorizo” dice que todos se benefician de la convención negociada por el sindicato, y no están obligados a ser miembro y tampoco a pagar cuota.  Recurro nuevamente a la inteligencia.  ¿Para qué pagar cuotas o pertenecer a un sindicato si de todas formas seré beneficiario de lo que negocien?  La opción más “razonable” sería no pagar y no pertenecer al sindicato.  Pero si esto lo hacen todos los trabajadores no habrá sindicato y tampoco negociación colectiva de la cual beneficiarse.  Por ello es comprensible el fallo de la Corte Suprema de Justicia.  No creo que esto le sea difícil de comprender al X-SL. Sería tanto como hacer voluntaria el pago de la cuota al seguro social y mantener los beneficios de atención médica, maternidad, invalidez, pensión y jubilación.  

A X-SL le preocupa lo que hacen los dirigentes sindicales con las cuotas, pero, la libertad sindical, precisamente, establece que esto es regido al interior de los sindicatos, para evitar que los gobiernos o entes externos traten con estos mecanismos de debilitar a los sindicatos.  Esto tampoco le preocupa a X-SL.  Es una norma de la democracia que las organizaciones respondan a sus agremiados.  Podría X-SL trabajar en el sector de la construcción, afiliarse al SUNTRACS y luego analizar el uso de los recursos de los agremiados.  Podría incluso candidatizarse a Secretario General y así evitar que los dirigentes no sean los mismos, otra de sus grandes preocupaciones.

Las falacias y la ética

Los argumentos de X-SL no tienen sustento alguno más allá que su posición ideológica-política antisindical.  Aquí nos permitimos sustentar nuestros argumentos que, inevitablemente, también expresan nuestra posición ideológica-política a favor de los trabajadores, de los pobres, de los humildes, contraria a la suya que se ubica en el lado de los poderosos, con su cubierta de oveja cándida e interior de lobo de extrema derecha.

En los países denominados desarrollados se ha aprendido a convivir con los sindicatos y sus dirigencias, como parte del desarrollo de la “democracia” y el respecto a los derechos humanos.  El derecho a sindicación es reconocido como un derecho humano, pero a X-SL, le es muy ético y “razonable” que se atente contra ello, debido a su rabia antisindical.

La ciencia, y estoy seguro que lo sabe, no permite las falacias, la deducción no necesariamente verdadera surgida de proposiciones que son verdaderas.  El artículo está plagado de ellas, por lo que termina siendo panfletario.  Para el X-SL el político y sindicalista es intrínsecamente “hipócrita y mentiroso”.  Es extenso con los sindicalistas a quienes califica, además, de “sectarios, que buscan beneficio personal, faltos de ética, irreflexivos, intransigentes, que actúan por conveniencia personal, usan dobles discursos, son anárquicos, groseros, limitados intelectualmente, escasos de argumentos, instigadores, desadaptados, descarados, fomentadores del caos, que usufructúan la cuota sindical, y son receptivos a prebendas y coimas.”  Esto sería tanto como decir que porque hay médicos corruptos, negligentes, anti-éticos y vagos, todos los médicos lo son.  Con algunos de los dirigentes sindicales panameños, podría compartir algunos de sus calificativos, pero ello no me conduciría jamás a generalizar, y menos a atentar contra la existencia de los sindicatos.  Esto vale también para los políticos.  El propio X-SL hace política en su artículo, a favor del presidente Martinelli, pero no se denomina político.

Las condiciones laborales del mundo actual ha sido resultado de las luchas sacrificadas de los trabajadores.  Las muertes de connotados dirigentes también están incluidas en estos sacrificios.  Las muertes de Yito Barrantes, Luigi Arguelles, Osvaldo Lorenzo, Al Iromi Smith, todos ellos dirigentes del SUNTRACS, los últimos tres asesinados cruelmente por el gobierno del presidente Martin Torrijos, se le olvida fácilmente a X-SL, sufriendo igualmente de “amnesia acomodaticia”, enfermedad que le endilga exclusivamente a los dirigentes sindicales.  Es lamentable que un médico sugiera que los dirigentes obreros deben morir para demostrarle que no están en supuestos cuartos refrigerados, como él asegura. Es faltar a la ética, como tampoco es ético exonerar al presidente Martinelli de la masacre de Bocas del Toro, recurriendo al “yo pecador, creo en la bondad y candidez del mandatario”, dice. Pudiera ser que la asignatura de ética no es su fuerte, o peor aún, que utiliza tales enseñanzas muy convenientemente a los intereses que defiende. Pero también demuestra ignorancia, porque el compañero indígena bocatoreño Antonio Smith Montezuma, era un dirigente connotado, que, incluso, le ayudó a Martinelli a ganar las elecciones presidenciales.  No era un ignorante, borracho y menos maleante, como se ha referido el gobierno de Martinelli a los luchadores de Bocas del Toro, algunos de cuyos calificativos X-SL comparte.

“La protesta es un derecho, el bloqueo es un delito”, afirma X-SL.  Pero, ¿quiénes lo hicieron un delito? Los que tienen el poder económico y político. Argumento alejado de la ciencia.  Los que tienen el poder hacen las leyes a su conveniencia, aún cuando estas violen los derechos de los ciudadanos y luego nos exigen que no violentemos la ley, porque hacerlo es un delito.  Penalizan la protesta para que no se proteste.  El argumento de X-SL es que se debe protestar pero no bloquear calles, pero esto último es un delito. La ley “Carcelazo” lo hizo un delito.  No sorprendería que dijera que es un delito porque “afecta derechos de terceros”.  

Por último, la lucha de clases existe al margen de nuestras voluntades.  El ignorar la realidad no hace que ésta desaparezca.  Reconocer su existencia no es conveniente a los que tienen el poder económico y político.  Esta es precisamente su ideología; tratar de convencernos que hay “provocadores de la lucha de clases”, pero no es que el sistema la contenga.  Los intereses de los trabajadores son antagónicos a los de los empresarios.  Los gobiernos responden a los intereses económicos y políticos de los empresarios, aunque deban presentarse como defensores de los sectores populares.  “Los defendemos ahorcándolos”, podrían afirmar. Los salarios constituyen un costo para los empresarios, que reduce su ganancia, por ello se oponen siempre a los aumentos de salarios.  No es posible conciliar este hecho.  Por esta razón, al subir los salarios los empresarios tienden a trasladarlos a los precios de los bienes que venden, lo cual, en poco tiempo hace desaparecer el aumento del salario real de los trabajadores, si no existe el control de precios.  Esta es la realidad de funcionamiento del capitalismo.  Esta lucha de clases es intrínseca, no es inventada o entronizada. Pero, por supuesto, un extremista de derecha con fachada de centrista, prefiere utilizar la ideología de los poderosos, argumentando que la lucha de clases es creada, provocada por los “gestores del caos”, pese a las buenas intensiones de los gobiernos.
 
El autor es Economista, profesor de la Universidad de Panamá y miembro del Equipo Técnico de FRENADESO.

Panamá, 3 de agosto de 2010










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