Panamá: Intereses de cúpulas

En medio del proceso electoral, la partidocracia se rehúsa a abordar los problemas socioeconómicos de la población panameña (pobreza, seguridad social, impuestos, precariedad laboral, contratos leoninos y lesivos al ambiente por actividades como la minera, deforestación, costo de vida, entre otros temas). Es decir, se rehúsan a evaluar los resultados de la aplicación de sus medidas económicas neoliberales y su consecuente corrupción.

Para la cúpula del PRD el ‘buen Gobierno' desapareció hace 10 años, mientras que para la cúpula del CD ‘lo bueno' desapareció hace cinco años. Para ellos se trata del periodo en el que no han sido Gobierno, y, por ende, no han sido los principales beneficiarios de los negociados desde el sector público, aunque sí han mantenido prebendas como las partidas de la Asamblea Nacional, solo por mencionar una. Los acuerdos de gobernabilidad con el panameñismo le han permitido otras prebendas. Sin duda no hacen referencia a las calamidades que enfrentan diariamente miles de panameños, mismas de las que ellos son responsables, junto con el panameñismo, Partido Popular, Molirena y Alianza, sin negar a los seudoindependientes que han sido parte de estos Gobiernos. Sin lugar a dudas, hay una cúpula que mira al país desde su condición de vida, rechazando la verdad objetiva que padecen millones de panameños.

Nunca han dado respuesta a la gran deuda social, que afecta a la mayoría de los panameños, la cual sigue en aumento. La informalidad laboral ronda el 44 %; 17 % de los asalariados vive en pobreza, 42 % de los pensionados y 95 % de los indígenas viven en pobreza; 80 % de la infraestructura de los planteles educativos está deteriorado; de los 81 centros médicos que administra la CSS, 37 están registrados como ‘muertos' y 22 como ‘enfermos'; en la CSS no hay medicamentos, el costo de la canasta básica de alimentos sigue en aumento; el acceso al agua potable es cada vez más precario; la degradación ambiental sigue en ascenso; el déficit habitacional supera las 130 mil unidades de vivienda, entre otros. A los sectores de poder económico y sus Gobiernos no les interesa atender las causas de estos problemas.

Este accionar demuestra una vez más que la partidocracia miente en campaña y miente cuando gobierna. Hasta ahora, en Panamá los poderes del Estado están subordinados al poder económico. Ellos son los que en verdad mandan en función de sus exclusivos intereses.

Por todo ello y mucho más, urge una Asamblea Constituyente Originaria autoconvocada, con plenos poderes, donde los diversos sectores de la sociedad panameña construyan la nueva constitución que siente los pilares de una sociedad con equidad y justicia social, con pleno respeto de los derechos humanos, y acabe con la podredumbre que carcome al país.

El país requiere cambios reales en todos los órdenes de la vida nacional, por eso este 5 de mayo el pueblo panameño honesto y trabajador, que aspiramos a ‘Un Panamá para Todos', con justicia y equidad social, haremos valer la conciencia de lucha social que no es nueva, de la cual muchos nos sentimos herederos y orgullosos y, por lo tanto, comprometidos a continuar la construcción de una Patria donde todos puedan vivir con bienestar y dignidad, saldremos a votar, pero nunca más por los mismos.

Este despertar de la conciencia lleva al FAD a manifestarse a nivel nacional en los comicios electorales con candidatos del pueblo, con gentes de manos limpias. El FAD sigue caminando por una forma ética y transparente de hacer política. Este 2019 el pueblo tiene partido propio y candidatos propios provenientes de las filas del movimiento social.

Hoy, más que nunca, panameños y panameñas estamos conscientes de que sin luchas no hay victorias. La ética y la moral, la honradez, la honestidad, la decencia son del pueblo trabajador, nunca ha sido ni será de quienes explotan, roban y avasallan.

05/04/2019