Parecen cumplirse los peores augurios. El asesinato del miembro del PRD, Juan Ramón Messina, y las acusaciones de su viuda, Katiuska Ramos, candidata a diputada de San Miguelito, de que el autor del crimen es el diputado y copartidario suya, Raúl Pineda, nos adentra en un conflicto que aparentemente va más allá de la rivalidad política para convertirse en un enfrentamiento entre bandas delincuenciales con consecuencias impredecibles.

Los hechos de sangre suscitados han sido posible gracias a la complacencia, complicidad e indiferencia de las cúpulas partidarias que han permitido en el pasado reciente situaciones similares; a lo que se suma el apoyo brindado en su momento por las autoridades del gobierno a algunas de las partes en conflicto.

Pero todo ello es producto de la ola de violencia e inseguridad que persiste en las calles de Panamá y a la impunidad reinante.

Debemos decirlo.  Rechazamos todo tipo de violencia dentro del proceso electoral, venga de dónde venga, y exigimos una investigación exhaustiva de este crimen que dé con los responsables materiales e intelectuales.  Pero también, debemos decirlo, desconfiamos como la inmensa mayoría de los panameños de una administración de justicia sometida al poder Ejecutivo.

En el fondo presenciamos una muestra más de hasta dónde han conducido la política los políticos tradicionales.  Es la descomposición final de la Partidocracia y su sistema, manchado con sangre, la corrupción, el clientelismo, el transfuguismo, publicidad engañosa y el dinero del narcotráfico, donde no faltan los acuerdos de recámara de último momento.   Y así hemos transitado de los gobiernos de los “entran limpios y salen millonarios” al gobierno de los que “entran millonarios y nos dejan limpios”.

O los panameños decentes y honestos nos unimos para ponerle un alto a la situación o se hace costumbre adentrándonos en un camino sin retorno.

¿A quiénes beneficia esta ola de violencia desenfrenada? ¿Se busca crear el clima para justificar la no realización de las elecciones en 2014?  ¿Qué salidas se están fraguando?  Son interrogantes que están el ambiente y que todo panameño honrado debe tener presente con preocupación, pues mientras estas situaciones se producen sigue la corrupción, el robo y se profundizan las políticas contra el pueblo deteriorando sus niveles de educación, de salud y de vida.

En este clima de violencia electoral, el Frente Amplio por la Democracia (FAD) hace su estreno, presentando una propuesta esperanzadora al pueblo.  Como alternativa a la Partidocracia, a la suciedad y vulgaridad que caracteriza las campañas de los políticos tradicionales, decenas de miles de panameños dieron su apoyo a la constitución de este partido nuevo y diferente surgido con mucho sacrificio de las entrañas mismas del pueblo.  No los defraudaremos.

En ese camino efectuaremos nuestras primarias para escoger nuestro candidato presidencial el domingo 24 de noviembre y como muestra de buena voluntad y de reconocimiento a la iniciativa de panameños preocupados por este clima de desasosiego, nos hemos comprometido en firmar el Pacto Ético en los próximos días, aunque el mismo tal como está nos parece insuficiente y el accionar de los políticos tradicionales amenaza con convertirlo en letra muerta.

El FAD reitera su voluntad democrática y su firme determinación de luchar por adecentar la política para adecentar al país, inspirados en auténticos valores éticos y patrióticos.

¡Nace la Esperanza!

FAD

FRENTE AMPLIO POR LA DEMOCRACIA

Panamá, 25 de septiembre de 2014.

FRENADESO Noticias 26 de Septiembre de 2013