El gobierno de Ricardo Martinelli mantiene al país de escándalo en escándalo. Desde que asumió la Presidencia, los escándalos en todas las esferas han estremecido a la opinión pública: PAMAGO, cables de WikiLeaks, bochornos en el Servicio Exterior panameño, etc. Estos escándalos surgen cuando se pretenden imponer medidas antipopulares como: minería a cielo abierto, remilitarización, Estado policiaco, reformas a la Caja de Seguro Social, Reformas Constitucionales, Reformas Electorales, compra de los corredores, aumento del déficit fiscal y la deuda pública, así como cuando se vive un alza inflacionaria que deteriora aún más el poder de compra de los salarios.

Consciente de que sus encuestas no son más que trucos publicitarios, Martinelli se ve obligado a recurrir a la partidocracia, con el fin de oxigenar su deteriorada imagen, lo que explica el almuerzo entre él y los ex presidentes Pérez Balladares, Moscoso y Torrijos.

Los tres ex presidentes acosados por casos de corrupción en sus administraciones, el presidente envuelto en escándalos no solo políticos, sino también de negociados (favoritismo en la compra de materiales —considerados inapropiados técnicamente— para la construcción y reparación de la red vial; coimas en las compras), al igual que presionado para mejorar su imagen ante la Casa Blanca (Medios de comunicación social mencionaron que la iniciativa con los ex presidentes surge por presiones yanquis). Bajo este panorama es claro que el resultado principal del encuentro es un pacto de no agresión y el permitir aplicar sin mayores contratiempos las medidas que lesionan aún más la calidad de vida del pueblo panameño.

A Martinelli, en sus ansias de control absoluto del poder, no le basta con controlar los tres Órganos del Estado, con la absorción de los partidos políticos de la alianza de gobierno y la compra de diputados del PRD y arnulfistas, insiste en el control de los organismos de gobierno colectivo y las autoridades administrativas de la comarca Ngäbe Buglé, en este sentido han reconocido el cacique del Congreso amañado por el gobierno, fraguado con la imposición del Decreto 537 de junio del 2010 (que violenta La Carta Orgánica), para escoger los delegados y realizar los congresos, bajo un nuevo sistema de delegados que disminuye la participación y la representación del pueblo y que además excluye a las fuerzas vivas de la Comarca y todas las autoridades tradicionales de participar en la máxima instancia de gobierno y decisión.

En medio de estos hechos, se anuncia la solicitud para elevar el déficit fiscal este año hasta el 3% del PIB (techo actual 1.5%), so pretexto de atender casi 150 millones de dólares para reparar los daños ocasionados por las inundaciones del pasado año. Sin embargo, es un hecho cierto que los ingresos del Estado aumentaron producto de la imposición del 7% de ITBMS a los consumidores; además, el gobierno de Martinelli ha incrementado la deuda pública en 1,008.5 millones de dólares (Deuda pública actual 11,810.6 millones de dólares), con lo cual el pueblo se pregunta ¿cuál ha sido el uso que se ha dado a estos fondos? Ello, máxime, cuando los centros hospitalarios denuncian que no pueden cubrir la atención médica básica por carecer de los insumos e infraestructura necesaria (Caso del Hospital Regional Nicolás Solano); igualmente las comunidades de Panamá, San Miguelito y Colón siguen protestando por la falta de agua potable apta para consumo humano; pese a los supuestos millones para reparación de carreteras estas siguen evidenciando grandes cráteres.

Ante la podredumbre de la ‘clase política’, reiteramos el llamado al pueblo panameño a construir poder popular y crear su propio instrumento político electoral, el Frente Amplio por la Democracia (FAD), que nace de las bases mismas del movimiento popular como una alternativa a los partidos tradicionales y sus políticos corruptos de Gobierno y oposición.

Exhortamos a los sectores populares a unirnos y movilizarnos en la defensa de nuestros sagrados intereses y exigir que los nuevos casos de corrupción que han salido a la palestra no caigan, como los anteriores, en la impunidad.

*SECRETARIO GENERAL DE CONUSI — FRENADESO.