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La Masacre de Bocas del Toro
Baje aquí Palabra Publica Especial. Debate con el Gobierno sobre la Ley Chorizo, jueves 22 de julio, Paraninfo Universidad de Panamá, 5:00 p.m. Marcha, 5 de agosto, Universidad de Panamá, 4:00 p.m.






¿Cuántos muertos fueron en verdad?  ¿Cuántos los heridos?  ¿Cuántos los ciegos?  Son algunas de las preguntas que se hace el pueblo acerca del saldo que dejó la salvaje represión de las hordas asesinas comandadas por Gustavo Pérez y José Raúl Mulino, al servicio del sátrapa Ricardo Martinelli.

Desde un inicio se notó el interés de las autoridades de ocultar información.  Pusieron en dudas que el primer mártir, Antonio Smith, muriera como consecuencia de la represión y se habló de la posibilidad de que fuera por causas de enfermedades.  Hay que esperar la autopsia, dijeron Martinelli y su Ministro de Salud, Franklin Vergara. 

De acuerdo al acta de defunción a la que hemos tenido acceso, Antonio Smith murió por herida por proyectil de arma de fuego en los pulmones y hemotórax. (ver adjunto en pdf aquí: http://www.kaosenlared.net/borra_anexo.php?id_noticia=132800&nom_fitxer=21630_3_acta_defuncion__3__Antoni.pdf)

En cuanto a los afectados en la vista, para el Ministro Vergara: la mayoría presentan “traumas oculares y laceraciones en la vista”, “padecen de problemas oftálmicos causados por cuerpos extraños”.  De esta forma trató de minimizar lo que realmente ocurrió, que los manifestantes recibieron una lluvia de perdigones en el rostro, contraviniendo normas de derechos humanos.  Algunos quedarán ciegos total o parcialmente.  Son más de 50 personas, en su mayoría indígenas, las que tuvieron que ser trasladadas a hospitales de Panamá y Chiriquí.

En la morgue hay cadáveres de ciudadanos que no se saben aún las causas reales de sus muertes.  Autoridades indígenas y la misma población hablan de más muertos.  Niños murieron asfixiados por causa de los gases lacrimógenos lanzados contra áreas residenciales.  Murieron por problemas respiratorios, dicen las autoridades, y no los registran como víctimas de la brutalidad policial.

La Policía sacó a heridos de casas y hospitales para llevárselos presos.  Sin orden judicial alguna, efectuaron allanamientos a residencias y hasta a la Casa Cural y realizaron arrestos.  Torturaron, golpearon, humillaron, insultaron…

Heridos de bala, fueron pateados en el piso.  Eso ocurrió también con el primer mártir, Antonio Smith.

Hay testimonios de la Cruz Roja, de ciudadanos y vistas de la represión que tomaron los corresponsales de las grandes cadenas de comunicación social, pero que no fueron televisadas, por la autocensura, presiones y sobornos del Ejecutivo.

En medio de este drama, Martinelli y su comitiva asistieron a Bocas del Toro como si todavía estuvieran en campaña electoral, haciendo regalos, falsas promesas y fingidas disculpas, sin reconocer la magnitud de la responsabilidad que como Gobierno tiene en esta masacre contra el pueblo.  Los medios tampoco difundieron las numerosas muestras de rechazo de valientes bocatoreños a lo que fue, sin duda alguna, una ofensa a la dignidad del pueblo. 

Martinelli y sus ministros insisten en que se “engañó” a la población, que la Ley es “buena” y tratan de culpar a otros de los hechos que se dieron.

El Gobierno pretende ganar tiempo con los shows mediáticos en la Asamblea de Diputados y en la llamada mesa de Concertación, otro diálogo de “Yo con Yo”, que presidirá nada menos que Manuel Jaramillo, promotor de la minería a cielo abierto como la de Cerro Petaquilla.

Hemos sido claros.  Que se derogue en su totalidad la Ley 30 y se nombre una Comisión de la Verdad para Bocas del Toro, con ciudadanos imparciales e independientes, que esclarezca los graves hechos ocurridos, establezca los responsables de esta barbarie, brinde Justicia, reparación moral a los afectados e indemnización económica a los familiares de los muertos, así como a los heridos.

Este es el clamor de un pueblo, tal como lo reiteró el domingo 18 de julio pasado, en la multitudinaria y conmovedora despedida a sus héroes y mártires.

Al Cierre:

La Prensa informa que el Gobierno ha impuesto una Comisión que investigará los hechos de Bocas del Toro.  De esta forma pretende burlar la Comisión de la Verdad que exige el pueblo con ciudadanos imparciales e independientes.

La Comisión de Martinelli está conformada en su mayoría por elementos del sector empresarial y otros afines a su Gobierno y partidos.

Así lo informa el diario en su página web:

"El Gobierno anunció esta tarde la creación de la comisión especial que investigará los hechos ocurridos en la provincia de Bocas del Toro, entre el 5 y 13 de julio de 2010".

"La citada comisión está formada por Rubén Castillo, Octavio Amat, Roberto Troncoso, Aníbal Galindo, Julia Suira, Mariela Vega y Paulina Franceschi, según una nota de prensa de la Secretaría de Comunicación del Estado".

"A estas personas se sumará el sacerdote Roberto Cirausqui, de la Iglesia Católica de Bocas del Toro".

Baje aquí Palabra Pública Especial:


       
                Antonio Smith   q.e.p.d                                                        Virgilio Castillo q.e.p.d











Enviado el Mircoles, 21 julio a las 21:05:00 por franckoi
 
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