Las fotos y videos de las manifestaciones protagonizadas en el día de ayer son claras. En ellas se ve a policías disparando balas a los estudiantes y un sub comisionado agrediendo con patadas a un menor de edad.
Los hechos no se le ha dado la debida prominencia en los medios que, como en todas las otras ocasiones, se han dedicado a atacar a los estudiantes y difundir los argumentos de las autoridades que, al igual que en los pasados gobiernos, incluido los del régimen militar, se han dedicado a señalar que tras la protestas de los estudiantes existen adultos azuzadores, tratando así de desviar la atención y ocultando el verdadero fondo del problema.
Lo cierto es que estamos bajo un régimen policiaco, abusador en el uso de la fuerza y violador de los derechos humanos.
Sólo ayer también se denunciaba que la reconocida ambientalista Carmencita Tedman fue brutalmente golpeada por la policía al intentar oponerse a que, en los terrenos propiedad de su familia en Boquete, ingresaran ilegalmente vehículos pesados de la compañía Odelbrecht. Carmencita, en el hospital, mostró las huellas de los golpes recibidos, ver:
http://www.frenadesonoticias.org/modules.php?name=News&file=article&sid=1178Los hechos de ayer en los predios del Glorioso Nido de Águilas, hicieron recordar a muchos la Masacre de Bocas del Toro, donde la salvaje acción de la Policía dejó como saldo un número indeterminado de muertos, más de 700 heridos (50 de ellos ciegos total o parcialmente por los perdigones recibidos en sus rostros) y cientos de detenidos. El “Palabra Pública” que puede bajar de aquí, (
http://www.kaosenlared.net/media/22/22688_1_PALABRAPUBLICA51.pdf) así como la denuncia publicada en este mismo sitio sobre el vía crusis vivido por uno de los mártires, Virgilio Castillo (
http://www.frenadesonoticias.org/modules.php?name=News&file=article&sid=1131), demuestran la cobardía y brutalidad con que actuaron los agentes policiales.
Esta es la clase de institución policial que existe en Panamá, que atropella los derechos ciudadanos, que somete a diario a los pobres y trabajadores al llamado sistema “pele police”, encarcelando a muchos por faltas, deudas y hasta por delitos que nunca cometieron, estableciendo así un estado de terror en las comunidades marginadas.
Es la misma policía que atenta contra el libre tránsito de los panameños y otras garantías fundamentales.
Sin embargo, todos los días se conocen de casos de policías abusadores, tumbadores de droga, que asesinan a sus esposas, involucrados en robos, narcotráfico, violaciones carnales y otras fechorías que no tienen la relevancia requerida en los medios de comunicación.
Por ese tipo de actuaciones dos policías hoy se encuentran sentados en el banquillo de los acusados. Se trata del juicio por el asesinato del joven obrero Luiyi Argüelles, hecho acaecido en el proyecto turístico de Isla Viveros el 16 de agosto de 2007.
Antes de este asesinato, el empresario a cargo del proyecto había amenazado que si el
SUNTRACS no salía del mismo “habría muertos”. Las autoridades no hicieron caso de las denuncias hechas al respecto por los obreros y la comunidad de San Miguel y los policías, en defensa de la empresa, asesinaron a mansalva al trabajador y, actuando como delincuentes, intentaron ocultar el arma homicida tal como registraron las cámaras de televisión.